La ansiedad es un indicador de
una enfermedad subyacente que posee una persona, en esta los sentimientos se
vuelven excesivos, y en todo momento interfieren con la vida cotidiana; son preocupaciones excesivas y
miedos intensos que se generan de manera continua, y suelen producir
taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio.
Según la Organización Panamericana de la Salud
(PAHO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno de ansiedad es
el segundo trastorno mental con más incidencia en la mayoría de los países de
la Región de las Américas.
Pero… ¿Cómo se
origina?
Las causas comunes para la
ansiedad se originan en factores como la genética, la biología y la química del
cerebro. Este trastorno se relaciona con el estrés y su entorno.
Puede aparecer en la infancia o
adolescencia, y continuar hasta la edad adulta. Las mujeres suelen tener
ansiedad generalizada y fobia, mientras que ambos sexos pueden presentar
ansiedad social o específica, y trastorno de ansiedad por separación.
¿Cuáles son los síntomas que una persona con trastorno presenta?
Los síntomas se muestran principalmente
en la parte cognitiva, con falta de concentración o pensamientos no deseados;
mientras que en la parte psicológica, los pacientes suelen sentir un miedo
intenso, desesperación, angustia emocional, dificultad para dormir, y temblores
en el estómago.
La familia tiene un gran peso en la detección
de este trastorno. Cuando sus miembros cercanos sufren de dolores de
espalda, cansancio, sudoración, aturdimiento, o se encuentran irritables,
agitados e hipervigilados, ellos deben llevarlos a un especialista.
¿Qué recomiendan los especialistas?
El psicoterapeuta debe trabajar
con el paciente en disminuir los síntomas de ansiedad con terapias
cognitivas-conductuales, para el trastorno de ansiedad generalizada.
Así mismo, puede utilizar
técnicas de relajación o técnicas expositivas con desensibilización sistemática
y restructuración cognitiva; técnicas farmacológicas antidepresivas; y la
técnica de mindfulness, en la que se utiliza la meditación, observación de la
realidad en el momento presente con apertura y la aceptación.
Otras decisiones importantes para
evitar lamentables consecuencias por este trastorno son unirse a un grupo de apoyo,
hacer ejercicio y yoga, seguir una dieta saludable, evitar consumir alcohol,
droga, nicotina y cafeína, así como eliminar el desorden de la vida cotidiana,
y tener un sueño regular y reparador.